No hay duda de lo importante que es tener una boca con todas sus piezas sanas y en su lugar. Nuestra boca es la puerta de entrada de los alimentos a nuestro organismo y en contra de lo que muchas personas piensan, perder una pieza dental, no solo afecta a la estética de nuestra sonrisa sino también a puede llevarnos a tener problemas de salud.

La técnica de implantología ha ido evolucionando mucho a lo largo de los últimos años llevando esta técnica a una tasa de éxito muy alta.

Sin embargo, tener un alto grado de éxito, no significa que podemos olvidarnos de la importancia de su correcto mantenimiento para que cumpla con su función. 

Hoy te damos unos consejos de como debes cuidarlos.

¿Qué es una prótesis dental?

Como comentábamos al inicio, una prótesis consiste en un aparato artificial fabricado a medida que sirve para restaurar la anatomía de uno o varios dientes para que el paciente recupere su dentición y estética dental.

Existen una gran variedad de prótesis y se pueden fabricar en materiales como el acrílico o la porcelana. Otra de las características de las prótesis es que la base de esta imita el tejido natural de la encía. De este modo podemos ver como las prótesis prácticamente parecen dentaduras reales. No solo cumplen con su propósito a nivel estético, sino que además el material usado con la pigmentación conocida como polimetilmetacrilato, ayuda a prevenir la acumulación de bacterias.

Tipos de prótesis dentales

Dentro de las tipologías de prótesis podemos diferenciar entre las prótesis dentales fijas y las prótesis dentales removibles.

Las prótesis dentales fijas, como bien indica su nombre son aquellas que no se pueden retirar y que solo podrían ser retiradas por un dentista en caso de que se requiera.

Dentro de esta categoría podemos encontrar tres tipologías de prótesis.

  1. Coronas: También conocidas como fundas, se usan para restaurar uno o varios dientes. Se pueden colocar sobre un diente natural previamente tallado o sobre implantes. Su fabricación se hace a medida tomando las impresiones de los otros dientes para que tanto el tamaño como el color encaje. El paciente puede masticar como si llevase un diente natural ya que los materiales usados suelen ser muy resistentes como puede ser el zirconio. 
  2. Implantes: Indicada para sustituir una pieza dental completo o que no tiene raíz, la prótesis se fija mediante un tornillo o con cemento en los implantes que se han colocado previamente en los huesos maxilares. 
  3. Híbridas. Indicadas para personas con edentulismo, estas prótesis cumplen una función rehabilitadora ya que pueden sustituir por completo la arcada superior o inferior de nuestra boca.  Esta prótesis puede restituir piezas dentales o también parte de la encía.

Prótesis removible

Como su nombre indica, estas prótesis están indicadas para personas que no pueden colocarse implantes fijos por no contar con una condición apropiada para ello. Pueden ser extraídas por el propio paciente.

Existen dos tipos:

  1. Prótesis removibles parciales o completas (si abarcan todos los dientes) y que que se fabrican con resina y se sujetan en la boca a través de la encía y dientes mediante ganchos metálicos.
  2. Esqueléticos dentales, hechos de una alienación metálica, coronas dentales y encía en resina, se anclan a los dientes que el paciente aún conserva mediante unos retenedores

¿Qué prótesis es mejor para mi?

Aunque cada paciente puede elegir el tipo de prótesis que desea siempre lo hará bajo la recomendación de su odontólogo. Cada una presenta sus ventajas o desventajas.

Las fijas por suelen tener una mayor firmeza y por lo tanto mayor seguridad al masticar o hablar, pero por otro lado necesitan de mayor cuidado especial para ser más duraderas. Si no se lleva una correcta higiene bucal, pueden acabar acumulando sarro y derivar en gingivitis o periodontitis.

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