En ocasiones, la extracción de una pieza dental resulta el último recurso ante una condición aguda y dolorosa que compromete la salud bucal de un paciente.
Una vez que se procede a realizar esta cirugía, hay que seguir todas las instrucciones del odontólogo. En ese caso, los cuidados preventivos y el tratamiento prescrito, porque una vez que un diente es quitado, existe el riesgo de sufrir complicaciones.
Una de las complicaciones más frecuentes y que puede ser incluso más dolorosa y compleja que el diente enfermo, es la alveolitis.
La causa y tratamiento de la alveolitis consisten, en cuanto a lo primero, un proceso infeccioso que ocurre en el tejido del alveolo del diente extraído, que por falta de atención y de un tratamiento profiláctico con antibióticos, se contamina. Mientras que su tratamiento se realiza con este tipo de medicamentos y puede ser bastante complejo.
¿Cuáles son los síntomas?
Una vez que te han extraído una pieza dental, el proceso de sanación debe ser progresivo. Esto quiere decir que cada día el tejido debe ir sanando y te debes sentir mejor.
Si por el contrario, ocurre que una vez te han hecho una cirugía dental, a los pocos días comienzas a sentir un dolor intenso en el área de la extracción, debes prestar atención. Puede ser el síntoma de que algo no está bien.
La alveolitis es un proceso infeccioso, inflamatorio pero no purulento. Por eso no va a supurar el tejido de la encía, sino que se seca alrededor del alveolo y se inflama sin doler mucho.
Además del dolor y la inflamación, puedes tener mal sabor y mal olor en tu boca. Incluso, si el proceso infeccioso avanza puedes tener fiebre y notar inflamación de tus ganglios.
Uno de los síntomas más característicos de la alveolitis es que el dolor. Normalmente comenza al segundo día posterior a la extracción del diente y aunque tomes analgésicos el dolor no remite.
Tratamiento de la alveolitis seca
Si la alveolitis no se trata rápidamente la infección puede seguir avanzando hasta llegar al hueso maxilar, llegando a contaminarlo y siendo la causa de pérdida de tejido óseo.
El tratamiento de la alveolitis lo debe iniciar tu odontólogo quien debe realizar una limpieza profunda del alveolo.
Para hacer esto se necesita raspar el tejido dañado para eliminar y provocar un profundo sangrado. La intención de hacer esto es buscar que se forme un nuevo coágulo de sangre que proteja la herida y permita la sanación del tejido.
Si la infección ha alcanzado el tejido óseo también debe se debe raspar el hueso. Esto se hace hasta quitar el tejido oseo necrosado y hacer sangrar el mismo para que comience un nuevo proceso de cicatrización.
Este tratamiento se acompaña con la prescripción de analgésicos y antibióticos para ayudar al paciente a recuperarse de manera adecuada.
Todo este tratamiento puede llevar un intervalo de tiempo aproximado de dos semanas. Por lo que se requiere mucha atención a la higiene bucal y sobre todo al correcto cepillado durante este período de tiempo.
Así que si crees estar padeciendo alveolitis, no debes dudar en acudir a la consulta odontológica para que un especialista haga un correcto diagnóstico y tratamiento de la misma.
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