La apnea del sueño es un trastorno donde la respiración se interrumpe momentáneamente al dormir. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora. Si después de una larga noche de sueño, sientes cansancio o roncas repetidamente, puede que estés sufriendo este trastorno.

Diagnóstico

La persona que sufre de apnea de sueño o ronca, no siempre es consciente de su situación. Por lo tanto es quien duerme junto a ella o cerca quien suele evidenciar los signos y a partir de ellos un médico puede hacer una evaluación del caso y de ahí derivar al paciente a un centro del trastorno de sueño.

Ronquidos fuertes, jadeos al respirar, despertarse con la boca seca o dolor de cabeza por la mañana son solo algunos de los síntomas más evidentes, además del cansancio durante el día

Las evaluaciones comprenden un monitoreo nocturno de la respiración y otras funciones corporales mientras el paciente duerme en un centro del sueño, aunque también se pueden hacer las pruebas nocturnas en la casa.

En caso de hacerlas en el centro, se realiza una polisomnografía nocturna, que implica conectar a la persona a un equipo que monitorea la actividad del corazón, pulmones y cerebro, los patrones de respiración, los movimientos de los brazos y las piernas, y los niveles de oxígeno en sangre mientras este duerme.

Si la prueba se realiza en la casa del paciente, será una versión simplificada que implica medir la frecuencia cardíaca, los niveles de oxígeno en la sangre, el flujo de aire y los patrones de respiración.

En ambos casos, las pruebas servirán para demostrar si efectivamente se sufre de apnea del sueño y de qué tipo.

Principales tipos de apnea de sueño

Apnea obstructiva del sueño. Este es el tipo más común de apnea. Ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan. Esto causa un colapso en las vías respiratorias o una obstrucción de ellas durante el sueño. Luego, la respiración vuelve con un ronquido o resoplido.

Apnea central del sueño, que ocurre cuando el cerebro no envía señales correctas, o deja de enviarlas temporalmente, a los músculos que controlan la respiración. Esto significa que la persona no hace esfuerzo para respirar durante un período breve de tiempo.

¿Quienes pueden sufrir apneas de sueño?

Las personas que son más propensas a sufrir apneas de sueño son los hombres. Éstos son dos o tres veces más propensos a tener apnea del sueño que las mujeres. Por su parte, en las mujeres las posibilidades aumentan con el sobrepeso y la menopausia. 

Por otra parte, también son más propensos quienes tienen pequeñas vías respiratorias o antecedentes familiares de problemas respiratorios y también se da con más frecuencia en los adultos mayores.

El consumo de alcohol en exceso, sedantes o tranquilizantes, relajan por demás los músculos de la garganta, lo que puede provocar apnea. Mientras que fumar puede aumentar la retención de líquidos en las vías respiratorias superiores provocando inflamación, triplicando las posibilidades de sufrir apnea.

Los niños con problemas de amígdalas o adenoides hinchadas también pueden presentar apnea de sueño, al igual que las personas que sufren asma o congestión nasal.

Finalmente la insuficiencia cardíaca congestiva, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson también pueden aumentar el riesgo de apnea obstructiva del sueño.

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