¿Te van a colocar un implante dental? Seguramente cuando tu dentista te lo propuso varias preguntas se cruzaron por tu mente. Por eso hemos preparado este post para que sepas todo sobre implantes dentales y cuál es el que necesitas.
Ante todo debes saber que colocar un implante es un proceso habitual y una alternativa muy eficaz para reemplazar una pieza dental que se ha perdido. Los implantes son una de las técnicas más revolucionarias de la odontología. Gracias a ella, la nueva pieza dental artificial cumple exactamente la misma función que una natural.
La boca es una zona delicada, la falta de un diente puede afectar nuestra estética y nuestra vida social, pero también puede impactar en nuestra salud general, por eso es de suma importancia no dejar pasar la posibilidad de un implante ante la falta de una pieza dental.
¿En qué consiste un implante dental?
Los implantes simulan una raíz artificial compuesta de titanio biocompatible que se atornilla al hueso maxilofacial mediante un proceso de osteointegración y es donde se asentará el nuevo diente. Una vez conseguida la unión se coloca el pilar y después la corona que simula la pieza dental.
Sin embargo, en ocasiones, ya sea por accidentes u otras lesiones, algunos pacientes pierden gran cantidad de hueso y no son aptos para un implante. Por lo que primero es necesario reconstruir el hueso mediante una técnica de regeneración ósea que implica colocar un injerto de hueso y que será la base para el futuro implante.
Ventajas de los implantes dentales
Ante la pérdida de una o varias piezas dentales, una de las opciones que puede considerar el dentista es el implante dental, la prótesis fija o la prótesis removible. Sin embargo, los implantes ofrecen una serie de ventajas sobre las otras dos alternativas.
Ante todo, el implante puede colocarse en cualquier paciente que no tenga una enfermedad ósea o que realice un tratamiento con medicación que pueda afectar el procedimiento. Además como no implica tallar o adaptar los dientes más cercanos, no se producen lesiones colaterales ni posteriores.
Lo mejor de todo es que el implante evita que se generen problemas para masticar o que las piezas dentales se muevan para tapar el hueco producido por la pieza faltante, pero principalmente, se evita la pérdida de grosor y altura del hueso que se provoca cuando no hay un diente que genere el estímulo al masticar.
¿Qué tipo de implante es mejor para mi?
Existen básicamente dos tipos de implantes. Los implantes basales y los implantes cigomáticos.
Los implantes basales son aquellos fijados en el hueso basal. Este es de estructura densa y son la parte de los maxilares superior e inferior que no llega a desaparecer. Por lo tanto proporcionan seguridad a la hora de intervenir y colocar la raíz de titanio. Este tipo de implante está indicado para aquellos pacientes que han perdido parte de la estructura ósea o su densidad se ha visto comprometida.
Por su parte, los implantes cigomáticos son aquellos que se fijan en el hueso del mismo nombre que se encuentra al lado de las mejillas. Este tipo de implantes está reservado para recomponer piezas dentales de la arcada superior.
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