La pulpitis es una inflamación que afecta a la pulpa del diente, el tejido blando que contiene las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos del diente. Se puede identificar como un dolor agudo y localizado que aumenta con el tacto y de no tratarse a tiempo puede agravarse seriamente.

Existen tres tipos de pulpitis, la reversible, que es de carácter leve y si se detecta y trata a tiempo no presentará mayores problemas. Irreversible, cuando su condición es más severa y de no poder tratarse mediante endodoncia. En este caso deberá extraerse el diente y, la pulpitis hiperplásica, también llamada pólipo pulpar, en la cual la pulpa se inflama manchando el diente de rosa.

En su fase inicial la pulpitis puede ser de dos tipos: serosa, cuando el dolor es agudo y no cede ni siquiera bajo la aplicación de frío, o purulenta. Esta última va acompañada de un proceso inflamatorio y secreción de pus. El dolor se intensifica ante la presencia de calor, pero disminuye con el frío.

¿Que causa una pulpitis?

La causa principal de la pulpitis suelen ser las caries, estas destruyen el esmalte del diente afectando la pulpa dental. También puede ser provocada por infecciones, bruxismo o traumatismos como fractura del diente o rotura de corona que afectan la irrigación de la pulpa.

Síntomas

Los primeros síntomas aparecen al consumir alimentos o bebidas muy calientes o muy frías. Éstos generan un dolor muy punzante y localizado en la pieza dental que puede durar unos segundos o incluso unos minutos si el estímulo permanece.

En los casos más agudos, el dolor puede aparecer de manera espontánea e incluso agravarse con el tacto en esa zona generando dificultad para detectar puntualmente qué diente causa el dolor.

Si estos síntomas no son tratados a tiempo, se puede producir una necrosis de la pulpa. En este punto, el diente no responderá a estímulos como el calor o el frío, pero sí será sensible a la presión. 

Tratamiento

Después de un diagnóstico que implica pruebas de estímulo para determinar el daño en la pulpa. Además se hacen pruebas de rayos X para determinar el grado y el alcance de la inflamación. De esta manera se consigue descartar otras patologías, el médico dentista determinará el tratamiento a seguir.

Si es una pulpitis reversible, se procede a arreglar el esmalte dañado, realizar un recubrimiento de la pulpa y finalmente un empaste. En caso de que sea irreversible, el tratamiento es más largo y más invasivo. En este caso se procede a una endodoncia previo tratamiento con antibióticos.

La endodoncia consiste en la extracción de la pulpa dental afectada para luego rellenar la cavidad con un material inerte llamado gutapercha que es totalmente biocompatible. El tratamiento se lleva a cabo en aproximadamente 1 a 2 horas y se utiliza anestesia local.

Cómo prevenir la pulpitis

La pulpitis puede prevenirse llevando una correcta higiene bucodental a base de cepillado, hilo dental y enjuague bucal. De esta manera evitaremos las caries y otras enfermedades como la periodontitis que puede generar una pulpitis.

Por su parte, el bruxismo, que también puede provocarla, suele tratarse con una férula de descarga para amortiguar la presión sobre la dentadura y evitar el desgaste de las piezas dentales.

El caso de los traumatismos o fisuras, es considerado causa impredecible y por lo tanto no hay manera de prevenirlos.